Uno de los principios básico de un proceso de mediación es la VOLUNTARIEDAD
Las personas implicadas son las que deciden cuando inician o desisten de un proceso de mediación. En este sentido, la voluntariedad se convierte en una acción activa, de querer abordar una situación concreta que nos está causando dolor y conflicto interno. Es una actitud positiva de responsabilizarse de la situación, aún y habiéndolo intentado por otras vías. Se genera el darse cuenta, requiere de nuestro máximo interés para afrontar de cara el problema. Es un acto que nadie nos obliga, que nos puede generar una cierta aversión y miedo. Iniciar un diálogo con la persona que nos ha causado dolor no es fácil. Encontrar puntos de encuentro nos abre un nuevo horizonte y una nueva percepción de la situación. Las partes se empoderan y fortalecen habilidades de diálogo y comunicación.